El comienzo del Campeonato Nacional de Rally con sede en Minas con sus inclemencias climáticas, dejó bien evidencia el altísimo grado de responsabilidad de todos aquellos integrantes de la organización y que dan forma a la competencia.
Aplaudimos y disfrutamos a todos los equipos en carrera. Son quienes salen a escena y dan el espectáculo; la cara más visible de nuestra pasión.
Sin embargo y en días complejos donde el frío, la lluvia, el viento, el calor insoportable o las horas interminables muchas veces en medio de la nada, es un escenario donde otras personas van también por “su” carrera. Una competencia en la que –así lo vimos- no se les pasa por la mente claudicar. En esos recursos humanos -casi por lo general anónimos-, radica la esencia del rally y su pasión, como único argumento válido para explicar al fin del día el éxito de una competencia.
Son esos recursos humanos los cimientos que dan vida a cada carrera en cualquier condición, humanos de ambos géneros solamente movidos por una potente pasión que contagia.
Ellos ganaron su carrera, la otra carrera, la del deber cumplido.
A todos ellos, infinitas gracias de todo el Club Uruguayo de Rally.